Descubre Tremezzina

Villa Carlotta

Asomada al Lago de Como, Villa Carlotta es una de las residencias históricas más fascinantes de Italia, inmersa en un paisaje de belleza onírica. Construida a finales del siglo XVII, la villa toma su nombre de la princesa Carlota de Prusia, a quien su madre la regaló como obsequio de boda.

Villa del Balbianello

Villa del Balbianello, engastada en la punta de la península de Lavedo en Lenno, una pedanía de Tremezzina, es una de las joyas más preciadas del Lago de Como. Construida en 1787 por el cardenal Angelo Maria Durini sobre un antiguo monasterio franciscano, la villa pronto se convirtió en un refinado punto de encuentro para intelectuales y artistas de la época.

Isola Comacina

La Isola Comacina es la única isla del Lago de Como. Se encuentra en el municipio de Tremezzina, frente a la ensenada de la costa occidental de la rama de Como, entre Argegno y la península de Lavedo. La Isola Comacina es un microcosmos único en su género, inmerso en un paisaje de extraordinaria belleza y rico en historia.

Parque Teresio Olivelli

Uno de los jardines públicos más refinados del Lago de Como, en Tremezzo. Su escenográfica fuente monumental, las escalinatas de piedra y los paseos sombreados se asoman directamente al agua, regalando panoramas espectaculares sobre el lago.

Inaugurado en los años treinta y dedicado al partisano Teresio Olivelli, el parque es hoy un oasis de quietud donde relajarse, pasear o simplemente disfrutar del panorama entre los plátanos. El equilibrio entre rigor arquitectónico y naturaleza lo convierte en un lugar simbólico, amado por ciudadanos y turistas.

Madonna del Soccorso

En las colinas de Ossuccio, el Santuario de la Madonna del Soccorso domina el lago desde un lugar de rara quietud. Construido en el siglo XVII, es accesible a pie a través de un recorrido votivo que pasa por catorce capillas barrocas dedicadas a los Misterios del Rosario. Todo el complejo, parte de los Sacri Monti de Piamonte y Lombardía, está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Rodeado de olivos y con vistas a la Isola Comacina, el santuario es una parada imprescindible para quien busca espiritualidad, arte y naturaleza.